domingo, 13 de marzo de 2011

Mensaje de Cuaresma Coordinación Decanal


Mensaje de Cuaresma

Queridos Hermanos:


¡Qué hermosa oportunidad y Gracia nos regala Dios al celebrar nuevamente el inicio del Tiempo de Cuaresma! Un tiempo en que se nos propone vivir en la intimidad con Jesús en el desierto para reflexionar acerca de todo lo que nos impide seguirle.

Caminar durante 40 días hacia la Gran fiesta y misterio de nuestra redención, La Pascua, implica mirarnos interiormente y caminar hacia la conversión tal como lo dice el profeta Joel “Conviértanse a mí de todo corazón, dice el Señor, con ayuno, con llanto, con luto; rasguen los corazones, no las vestiduras, conviértanse al Señor Dios”.

Es un tiempo propicio para el ayuno, el ayuno no solo de comida, sino de malas acciones, deseos e intenciones, de malos pensamientos, en una palabra, de todo lo que nos aleja de Dios. En ese sentido me parece importante mencionar lo que dice Isaías en su capítulo 58, 6-8:
6 El ayuno que yo escogí, ¿no es más bien desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, dejar ir libres a los quebrantados y romper todo yugo? 7 ¿No es que compartas tu pan con el hambriento, que a los pobres errantes albergues en casa, que cuando veas al desnudo lo cubras y que no te escondas de tu hermano? 8 Entonces nacerá tu luz como el alba y tu santidad se dejará ver en seguida; tu justicia irá delante de ti y la gloria de Jehová será tu retaguardia.

Implica Revisar nuestra vida a la luz de la de Jesús, el mesías quien fuera empujado por el Espíritu Santo al desierto, un desierto de pruebas y luchas pero por sobre todo un lugar de encuentro con el mismo Dios Vivo, un lugar de amor.

Todo el tiempo cuaresmal es un tiempo privilegiado en que el mismo Dios nos llama intensamente a la conversión. La imposición de la ceniza en nuestra frente es símbolo de penitencia, de arrepentimiento y por sobre todo del deseo fervoroso y ardiente de caminar hacia la Pascua de Jesús, por la cual hemos sido justificados y librados de la esclavitud del pecado.

Que el Señor nos conceda la Gracia de experimentar su inmenso amor en estos días de prueba, que por medio de Jesucristo, Nuestro Salvador, nos conceda la fortaleza necesaria para vencer las tentaciones que se nos presentan día a Día.

Caminemos pues hermanos, caminemos hacia la Pascua de nuestra redención, preparándonos debidamente para recibir la salvación que nos trae el mesías, el Señor.


Justo Darío Silva Yegros
Coordinador Interino PJ Decanato III
Arquidiócesis de la Santísima Asunción

No hay comentarios:

Publicar un comentario